1º El próximo 23 de mayo tiene lugar el I Congreso de “compliance” en el Sector público, organizado por la WCA. A tenor de su experiencia como auditor de lo público ¿Corren malos tiempos para el cumplimiento normativo en lo público? En base a esa dilatada experiencia ¿Cual es el estado de salud actual frente al que percibió cuando se iniciaba como, hace más de 30 años, como ayudante de auditoría?
Hay muchas diferencias pero yo me centraría en dos. La primera es que en aquella época la ciudadanía tenía una gran ilusión porque entre todos estábamos construyendo un sistema democrático que ingenuamente considerábamos que iba a ser la panacea para casi todo. También para la corrupción y esa ilusión la compartíamos los que empezábamos en el control del sector público. Pronto descubrimos nuestra ingenuidad especialmente los que por trabajar en estos temas o por estar interesados en la cosa pública teníamos algo más de información.
Ahora estamos en la situación contraria, hay un gran hartazgo ante la falta de moralidad de buena parte de nuestra clase política, para quien con frecuencia el cumplimiento de la ley es un obstáculo en sus objetivos, no siempre éticos. No todos roban por supuesto, pero entre los que roban, los que dejan robar y los que miran para otro lado para no enterarse son muchísimos. Seguramente son muchos más los políticos honestos, pero a veces parece que están en minoría.
Aunque hay muchos motivos para la crítica es indudable el avance que ha tenido nuestro país en muchos sentidos, somos una democracia avanzada, por mucho que algunos traten todos los días de solo ver lo negativo. El nivel de renta media es muy superior. Los servicios públicos son incomparables y algunos como los sanitarios, a pesar de los recortes, de los mejores de Europa etc. Sin embargo, hay aspectos en los que hemos avanzado poco , y uno de los principales, es la corrupción que, como todos sabemos, tiene un gran impacto económico y social . No es posible medirla de manera fiable por mucho que algunos den cifras calculadas con muy poco o nulo rigor, pero mi percepción es que la corrupción no ha disminuido. Y eso me lleva a la segunda diferencia que quería destacar respecto a los años en que empecé a trabajar en estos temas: la corrupción se ha sofisticado para eludir los sistemas de control y la actuación de la policía, los fiscales y los jueces . Antes se llevaban el dinero del banco y ahora utilizan operaciones contractuales o financieras sofisticadas .
…la corrupción se ha sofisticado para eludir los sistemas de control y la actuación de la policía, los fiscales y los jueces . Antes se llevaban el dinero del banco y ahora utilizan operaciones contractuales o financieras sofisticadas…
Antes los corruptos llevaban el dinero las mordidas en maletines, ahora,se utilizan cuentas en paraisos fiscales. Los medios que se ponen a disposición de los que están del lado de la ética y del cumplimiento de la legalidad son muy escasos en relación con las tareas encomendadas. Por eso, seguro que muchas veces ganan “los malos”. En la vida real no es como en las películas.
A pesar de todo, creo que hay un aspecto en que hemos avanzado mucho. En España, el nivel de corrupción de los funcionarios público es muy bajo, eso lo ponen de manifiesto estudios solventes y hasta donde yo conozco en la administración pública estatal puedo corroborar que es así. Tenemos un grave problema de corrupción política, la corrupción está en los partidos políticos y en una buena parte de la clase política, que o participa o mira para otro lado ante actuaciones ilegales, o a veces aparentemente legales, pero deshonestas. Los funcionarios son además un freno a las corrupciones de los políticos, freno que no existe en el ámbito empresarial porque los sistemas de provisión de puestos de trabajo han sido históricamente mucho menos rigurosos, lo que ha dado lugar a un elevado grado de nepotismo. Además es mucho más fácil echar o hacer la vida imposible a quien pone obstáculos que en la administración pública.
En España, el nivel de corrupción de los funcionarios público es muy bajo, eso lo ponen de manifiesto estudios solventes y hasta donde yo conozco en la administración pública estatal puedo corroborar que es así.
2º Ha trabajado como perito en casos de gran complejidad y relevancia. ¿La actualidad “compliance” simplifica los procesos, se pueden determinar mejor culpabilidades, o por el contrario se complica cuando entran en juego las personas jurídicas?
Aunque recientemente he estado colaborando unos meses con la unidad de apoyo a la justicia de la IGAE, mi experiencia en este ámbito la adquirí hace muchos años cuando trabajé de perito judicial en la Audiencia Nacional y no tengo información reciente suficientemente detallada para dar una opinión suficientemente fundamentada en la práctica sobre lo que me pregunta. Pero si puedo decir que en mi opinión el establecimiento de la responsabilidad de las personas jurídicas y el establecimiento de eximentes y atenuantes si se implantan sistemas de “compliance” que cumplan determinadas características, o sea que no sean “cosméticos” es un hito fundamental en la lucha contra la corrupción . Lo que está claro es que jueces y fiscales van a necesitar mucho apoyo técnico para tener criterio fundado acerca de si los sistemas de “compliance” cumplen con las características exigidas por el Código Penal o son simplemente operaciones de puro maquillaje para tratar de eludir responsabilidades penales, y no verdaderos sistemas de prevención de delitos.
3º Suelo preguntar lo mismo a mis entrevistados en materia “compliance”. ¿Un eficaz sistema “compliance” sirve para crear cultura de cumplimiento o es un mero atenuante de cara a la comisión de posibles delitos?
Eso dependen de varios factores. El primero de ellos es que los máximos responsables de la entidad o institución “se lo crean” y promuevan de forma efectiva el sistema de “compliance”, le doten de los medios necesarios y posibiliten que sus responsables puedan actuar con la imprescindible independencia. De todos modos el sistema de “compliance” no puede ser la panacea, Para crear una cultura de cumplimiento los primeros que tienen que actuar con integridad son los máximos responsables y directivos. Deben de dar ejemplo y no solo en las cosas cuantitativamente importantes, sino en el día a día. Es imposible crear una cultura de cumplimiento si los directivos aprovechan los viajes oficiales para hacer turismo a costa de los contribuyentes y o se auto agasajan en restaurantes de lujo mientras son cicateros con el personal o trabajan menos que sus colaboradores, por poner algunos ejemplos.
Ningún sistema de “compliance” puede funcionar si los máximos responsables de las entidades no lo impulsan de manera efectiva de una manera coherente. Y por supuesto el sistema de “compliance” es inútil si el incumplimiento de la ley y/o la corrupción se promueve desde el primer nivel de decisión, como hemos visto y desgraciadamente seguimos viendo en los telediarios y en los periódicos.
…el sistema de “compliance” es inútil si el incumplimiento de la ley y/o la corrupción se promueve desde el primer nivel de decisión…
4º Generalmente se asocia el “compliance”, al sector empresarial. Pero sin duda es aplicable a todo tipo de organizaciones. ¿Cómo valora la implicación de los poderes públicos en la instauración de sistemas de cumplimiento normativo en la administración?
Como he indicado anteriormente, en mi opinión cuando se habla de instaurar sistemas de cumplimiento normativo en la administración se comete un error importante. En la administración existen sistemas de “compliance” desde tiempo inmemorial. Otra cosa es si esos sistemas sean o no eficaces y eficientes. En mi opinión son muy mejorables, aunque son aún más mejorables en el sector público empresarial, donde el control es de mucha menor intensidad que el que existe en la administración. No hay ninguna razón legal para el control sea menos intenso, pero esa es la realidad.
Indudablemente hay elementos de “compliance” que son frecuentes en el sector privado y que no lo son en el público como el control de riesgos, que deben establecerse en el sector público para mejorar el cumplimiento de la legalidad . Y para ello hay dictar normas que los hagan obligatorios , atribuir competencias para su establecimiento y encargar a los órganos de control que supervisen su efectiva implantación.
A mi juicio el sistema de control en la administración público en España y en general en el sector público se ha quedado obsoleto y tiene un serio problema de organización. la mayor parte de los partidos políticos no están dando ninguna muestra de querer abordar una reforma en profundidad del sistema. Hasta donde yo se no está en las agendas de nuestros políticos reformar el sistema de control.
Pero que haya carencias en el control público y que éste no sea suficientemente eficiente, no significa que no exista . De hecho en la administración pública estatal existe bastante control y por esta razón los políticos tienden a crear entidades y sociedades donde se realizan determinadas actividades que se quieren que estén menos sujetas a control. Los resultados de estas prácticas a veces han sido catastróficos para el interés público. Algunos casos judiciales han tenido que ver con esto que digo.
…el sistema de control en la administración público en España y en general en el sector público se ha quedado obsoleto y tiene un serio problema de organización…
5º ¿Se hablaría hoy menos de corrupción en la administración si hubiera más o mejores sistemas de “compliance”, o si la cultura del cumplimiento normativo contara con una más larga trayectoria en nuestro país?
Contrariamente a lo que cabría deducir de la pregunta la cultura del cumplimiento normativo tiene una larga trayectoria en el sector público y, al menos en el sector público estatal que es lo que yo conozco en profundidad, la inmensa mayoría de los funcionarios públicos actúan con criterios éticos y profesionales y tratando de cumplir con la legalidad. Por otra parte, muchas de las normas que regulan el sector público tienen un componente fundamental de prevención de delitos e ilegalidades y conflictos de interés, la Ley General Presupuestaria, la Ley de Subvenciones, el Estatuto del Empleado público entre otras. Por solo poner un ejemplo la nueva ley de Contratos del Sector Público ha introducido importantes novedades en este aspecto.
Creo que es importante señalar que en los casos más importantes de corrupción que han sido detectados en el sector público estatal y en el de comunidades autónomas que es muy similar en su funcionamiento al estatal, los instrumentos para la corrupción han sido entidades del sector empresarial, donde la legislación es más laxa y la intensidad del control mucho menor que en la administración.
Es también relevante a los efectos que me pregunta que en las empresas públicas el grado de nepotismo es muy superior al de la administración en la que la inmensa mayoría de puestos de mayor responsabilidad, excepto los estrictamente políticos están ocupados por funcionarios de cuerpos superiores de la administración como Interventores y Auditores del estado, Abogados del Estado, Técnicos de Administración Civil, Economista del Estado y otros que han mamado el cumplimiento de la legalidad desde el inicio de sus carreras. Le aseguro que hay excepciones, pero hay mucho menos riesgo de ilegalidades que cuando el principal mérito para acceder es pertenecer a tal o cual partido, o ser amigo o familiar del político de turno, que es muy frecuente en el sector empresarial público, sobre todo en las sociedades.
6º En cierta ocasión escuché al fallecido Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, que nuestro país tiene ciertas singularidades en esta línea, la de cumplir con la ley. ¿Considera que necesitamos de singularidades en la norma también. Es decir, que a nuestra singularidades de incumplimiento se contrarrestan con singularidades normativas?
No se a que se refería José Manuel Maza con las singularidades de nuestro país. Indudablemente las tenemos, pero todos los países del mundo las tienen. En cada país, hay una cultura, una organización política, una idiosincrasia diferentes. Pero no creo que nuestros problemas de corrupción sean radicalmente diferentes a los de otros países.
Con sólo echar una ojeada a la prensa internacional de las últimas semanas puedes concluir que en todos los sitios “cuecen habas”, incluso en países de lo que a veces tenemos una imagen idílica no demasiado realista, Francia, Japón, Israel, Brasil, por poner sólo algunos ejemplos han sido sacudidos por gravísimos casos de corrupción en las que están implicados políticos de primer nivel, incluso presidentes y primeros ministros.
No pretendo quitar importancia al grave problema de corrupción que tenemos, sólo puntualizar que no somos tan singulares como podría parecer. En todo caso, a la corrupción no se le puede combatir sólo con mejoras en los sistemas de control y cambios normativos. Hay que hacerlo también a largo plazo utilizando el sistema educativo y me temo que nuestros políticos no están haciendo nada al respecto.
…a la corrupción no se le puede combatir sólo con mejoras en los sistemas de control y cambios normativos. Hay que hacerlo también a largo plazo utilizando el sistema educativo y me temo que nuestros políticos no están haciendo nada al respecto…
7º Finalmente, ¿Le augura un buen futuro al “compliance” a su implantación en el seno de “lo público” en nuestro país?
Como le decía en respuesta una pregunta anterior no se trata de implantar el “compliance” en el sector público porque ya existe, aunque es muy mejorable en cuanto a su eficiencia . Es necesario dotar al “compliance” de mayores medios y modernizarlo para que sea eficiente y todo esto depende de la voluntad de nuestros políticos.
Algunas técnicas de control son verdaderamente propias de otros tiempos y otras que son en mi opinión mucho más eficientes como la auditoria pública no se utilizan con la necesaria intensidad para prevenir ilegalidades. Lo que si me parece razonable estudiar en qué medida técnicas de “compliance” que se aplican en el sector privado pueden ser utilizadas con éxito en el sector público. Para ello hay que hacer un estudio muy profundo, teniendo en cuenta la diversidad de dicho sector y en el contexto de un cambio en el modelo de control del sector público, que a mi juicio debería tomar referencias como el sistema COSO y el modelo de las tres líneas de defensa.
Lo que puede ser viable en el sector público empresarial puede conducir directamente al fracaso en el sector público administrativo por distintas razones en las que no me puedo extender.
Por Alberto Girón González
Economista, Interventor y Auditor del Estado, Técnico de Hacienda e Inspector de Hacienda del Estado. Ha dedicado la mayor parte de su vida profesional a la auditoría pública y el control financiero. En su calidad de Interventor del Estado ha realizado trabajos de colaboración con la administración de justicia habiendo actuado como perito en casos de gran complejidad y relevancia pública. En noviembre de 2017 fui nombrado Interventor Delegado en el Consejo de Seguridad Nuclear y Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal.
Forma parte de la Junta Directiva de Accors (Asociación Contra la Corrupción) y del Comité del Sector Público de la World Compliance Association.
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