Fuente: Ethicalentis
Es fundamental unificar el sentido ético de una colectividad de personas que trabajan para un mismo fin. Cuando hablamos de ética no es válido decir que “el fin justifica los medios”. Los códigos de ética deben moldearse a la evolución de la moral y la justicia en el momento presente. No son libros estáticos inmutables. Hacer un código de ética evocando conceptos como la sostenibilidad, sin tomar acciones concretas en la organización para hacer viable un entorno sostenible, es como hacer un código de ética fachada y es allí donde se cae en un “código de estética”. Lo más importante del código de ética son sus resultados.
Toda organización de intercambio humano requiere un código de ética.
Un marco de referencia que establezca clara e irrefutablemente los límites entre lo permitido, lo correcto y lo aceptable, versus lo no permitido, lo prohibido y lo inaceptable.
Una clara definición de principios éticos unificados así como las consecuentes reglas de comportamiento y conducta que deben asumir los empleados y directivos, es fundamental para una empresa y puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso empresarial.
Es fundamental unificar el sentido ético de una colectividad de personas que trabajan para un mismo fin, sobre todo cuando estas provienen de distintos contextos culturales, sociales, religiosos, etc., cosa que sucede frecuentemente a consecuencia de la globalización.
La ética es básica para la gestión de la organización y evita el caos en las prácticas de trabajo por las diferencias en la convivencia social.
Los códigos de ética se hacen para estructuras cerradas.
A diferencia de la sociedad en general que es una estructura abierta y se regula a través de la Ley, los códigos de ética son un medio de auto-regulación para las estructuras cerradas, por ejemplo a empresas, asociaciones, gremios u otras formas institucionales.
La transgresión a este marco de referencia –código de ética– debe permitir la expulsión de un integrante de la organización –estructura cerrada– cuando éste menoscabe, quebrante o transgreda los principios de convivencia acordados.
Por lo general, las reglas se compilan en un código que además especifica la misión y visión de la organización y sus valores y principios morales prevalentes. Partiendo de un objetivo esencial, auténtico y real de la organización, lo que permitiría que todo lo demás sea construido con coherencia.
Es decir, es válido que el objetivo empresarial sea la ganancia lícita de dinero o maximizar el capital. Así mismo, una institución educativa tendría como objetivo esencial la enseñanza. Mientras que una organización sin fines de lucro (ONG) debería enfocarse en el área de servicio a la comunidad para la cual fue creada como objeto
Estas tres formas de organizaciones citadas como ejemplo, manejan igualmente recursos económicos, sin embargo la distinta naturaleza de sus actividades exige un escenario de actuación distinto.
Cuando hablamos de ética no es válido decir que “el fin justifica los medios”.
Por el contrario, además del objeto lícito de la organización, los medios deben ser justos, responsables y aceptables en el propio contexto operativo.
De esta manera a través de la ética se pueden hilvanar los hilos del marco legal y prudencial vigente aplicable a la estructura organizativa, con la expectativa social que se tiene de la organización, lo socialmente aceptable y/o deseable.
Hasta hace algunos años las empresas podían darse por satisfechas ante la exigencia de ética en los negocios, con el establecimiento de un programa de responsabilidad social empresarial (RSE).
Hoy día la responsabilidad social ha sido superada por la sostenibilidad y la sociedad en general espera que las organizaciones de hoy trabajen en función de esta última.
Los códigos de ética deben moldearse a la evolución de la moral y la justicia en el momento presente.
No son libros estáticos inmutables. La responsabilidad social es el compromiso de las empresas a valorar su impacto en la sociedad pues toda empresa, sin excepción, tiene un impacto social, económico y ambiental del que no debe desentenderse.
Por su parte la sostenibilidad es la capacidad de la organización o empresa para sostenerse por sí misma, satisfaciendo sus necesidades sin comprometer a las futuras generaciones. Aunque se le relaciona principalmente con lo ecológico, su campo de acción también abarca lo social y económico[1].
También es tendencia que los códigos de ética incluyan aspectos como el comercio justo, una variante más amplia de la sostenibilidad.
El comercio justo se trata de canales comerciales dentro de los cuales la relación entre las partes (comprador y vendedor), se orienta al logro del desarrollo sustentable y sostenible. Se trata de un desarrollo integral, con sustentabilidad económica, social y ambiental, respetando la idiosincrasia de los pueblos, sus culturas, sus tradiciones y los derechos humanos básicos.
El comercio justo puede ser considerado una versión humanista del comercio libre, que al igual que éste es voluntario entre las dos partes y no tendría lugar si ambas partes no creyeran que iban a salir beneficiadas[2].
Los principales principios del comercio justo publicados por la Fair Trade Federation, 1995 de los Estados Unidos son:
De este modo los códigos de ética van acercando las organizaciones hacia la economía verde, tema central de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible de Rio de Janeiro, 2012, donde se le definía como aquella que da lugar al mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, mientras que se reducen significativamente los riesgos medioambientales y la escasez ecológica[3].
Los pilares de un buen código de ética son:
Es posible que según la complejidad de la organización, los tres enunciados antes referidos, pueden hacerse como documentos aparte. Otro modo de construir un buen código de ética es partir de enunciar los valores fundamentales que se desea adoptar, por ejemplo:
a) Transparencia.
b) Buena Fe.
c) Respeto.
d) Responsabilidad.
e) Sostenibilidad.
Los códigos de ética sustentados en valores producen efectos emotivos en los integrantes de la organización lo que es favorable para la interiorización de la cultura corporativa a través de las emociones.
Es de acotar que la ética se enseña con el ejemplo, más que con las palabras, por lo que es vital que los directivos adopten en primer lugar estos valores.
Los valores deben ser realistas y cónsonos con el escenario interno y externo de la organización.
Es decir, si por ejemplo una compañía que produce pañales, pretende adoptar como uno de sus valores “la familia”, para acercarse al segmento del mercado que desea atender, pero a la vez exige a sus trabajadores jornadas laborales extremadamente largas, que les impide disponer de un mínimo de tiempo libre para dedicar a sus propias familias, entonces pierde el sentido ético, es un descalabro.
Hay unos factores exigibles a considerar independientemente del contexto de la organización.
En primer lugar lo concerniente a la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DDHH), ONU, 1948.
Así como otros tratados de aplicación universal que deben ser tomados en cuenta para el diseño del código de ética.
Es así que el código de ética debe considerar:
Estos conceptos no son moda.
Hacer un código de ética evocando conceptos como la sostenibilidad, sin tomar acciones concretas en la organización para hacer viable un entorno sostenible, es como hacer un código de ética fachada y es allí donde se cae en un “código de estética”:
un elemento ornamental, un adorno corporativo, un producto cosmético para ofrecer al marketing pero que no sirve para regular las relaciones entre los actores de la organización.
No basta con encargarlo a un consultor externo sino viene difundido a través de un programa de capacitación donde se haga entrega de un ejemplar impreso a cada integrante de la organización, acompañado de una auto-certificación que comprometa a cada quien con la lectura y cumplimiento del código de ética.
Algunas de las grandes crisis económicas han sido consecuencia de malas prácticas empresariales generalizadas y faltas de ética, como lo sucedido con las ventas de hipotecas subprime, donde se vendieron deudas insolventes a fondos de inversión lo que estalló en la crisis hipotecaria de 2008.
Sin embargo, los hechos revelan que sus prácticas comerciales eran poco éticas.
Surgen también otras tendencias que promueven el engaño a través de falsos códigos de ética y estratagemas publicitarios, como el greenwashing, nombre que se ha dado a la estrategia de marketing que busca hacer pasar por economía verde algo que no lo es, para hacerlo vender dentro del segmento de consumidores que buscan ese tipo de productos.
La greenwashing antepone una exigencia comercial por sobre la ética.
El consumo de economía verde y productos sustentables es un mercado en fuerte crecimiento, debido a una toma de conciencia ecológica en la ciudadanía.
En algunos sectores, como la cosmética pueden llegar a representar entre el 35% al 45% del mercado.
Por ejemplo, recientemente Kellog’s incluyó la frase:
“Responsabily sourced corn”, “maíz de origen responsable”, que evoca los principios de comercio justo y sustentabilidad.
Sin embargo, la empresa no ha dado señales de haber cambiado sus políticas para proveedores y productores de maíz, quienes siguen siendo las grandes corporaciones que poco cumplen con la adopción de medidas que garanticen el trabajo digno y la mayoría de las cuales ni siquiera pueden adoptar las siglas libre de OMG, o libre de maíz genéticamente modificado, como viene exigido por el consumidor de la “economía verde”.
Este es un típico caso de greenwashing.
También se ha visto como las instituciones financieras han usado la microeconomía y microfinanzas como estrategia de marketing, sin adoptar realmente bases cuantitativas y cualitativas “micro” aplicables en la decisiones financieras individuales y que esconden una economía falsa,[4] promoviendo la acción de ahorrar dinero a un alto costo o con obsolencia programada, que durante un período de tiempo más largo da como resultado un costo mayor al gastado o desperdiciado que el ahorrado, por ejemplo a causa de la altísima inflación que frecuentemente se presentan en los países con economías más débiles.
Otro ejemplo sobre una situación de baja responsabilidad que según se mire puede demostrar un comportamiento corporativo privo de ética, y que ha sido ya denunciado en el pasado, es el uso por parte de la industria de la moda, entre ellas la empresa Gucci, de materiales provenientes del trabajo esclavo en Italia[5].
Los migrantes, principalmente senegaleses y de otras partes del África que llegan a Italia a través de embarcaciones (algunas de las cuales se cree están relacionadas tráfico de personas), son asumidos como trabajadores informales por los fabricantes de cuero local y allí son sometidos a condiciones de explotación que entran en la categoría de trabajo esclavo y trabajo forzoso.
El código de ética de Gucci dice: “Ponemos toda nuestra energía y cuidado en luchar contra el trabajo infantil, el trabajo forzoso, el tráfico de humanos y la explotación de los grupos más vulnerables, los migrantes en particular…[6]” Todo lo cual es cuando menos, paradójico.
El código de ética debe considerar a todos los interlocutores de la organización:
Cuando los principios éticos no se asumen y cumplen, el código de ética sirve para demostrar la mala fe en la gestión de la organización y sirve para exigir la responsabilidad moral ante los compromisos tomados bajo el principio de auto-regulación. Un código de ética que no se cumple se convierte en “código de estética”.
Termina siendo contraproducente especialmente para quienes dirigen la organización, adoptar un código de ética sin cumplirlo, pues este se devuelve como un bumerán en contra de aquellos que no actúan con buena fe y transparencia, trasgrediendo flagrantemente sus propios principios y valores.
[1] https://vizion360.xyz/que-diferencia-hay-entre-la-responsabilidad-social-y-la-sostenibilidad/
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Comercio_justo
[3] https://www.ecointeligencia.com/2016/01/economia-verde/
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_falsa
[5] Recomiendo ver: Detrás del lado brillante de la moda | DW Documental https://www.youtube.com/watch?v=hCM4w3Iybd4&t=585s
[6] https://www.gucci.com/documents/Kering_CodeEthique2019_Spanish.pdf
QUIÉNES SOMOS
La Asociación
Junta Directiva
Sedes
Noticias
Artículos de Interés
Canal Ético
ACERCA DEL COMPLIANCE
Qué es
Compliance Officer
Marco Normativo Internacional
Cual es tu nivel de Compliance
FORMACIÓN
Eventos
Cursos Acreditados
Agenda Formativa
Cómo acreditar un curso
CERTIFICACIÓN
Certificación Profesional WCA
Certificación Sistemas de Compliance
SOCIOS
Ventajas de Asociarse
Entidades Asociadas
Profesionales Asociados
Solicitud de Adhesión
LEGAL
Aviso Legal
Política de Privacidad
Política de Cookies
Propiedad Intelectual
Condiciones de Contratación