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07/06/2023

El caso Watergate como antecedente de compliance

(Back to basics)

Erik Maldonado Hernández. Docente y Consultor de Proactiva Compliance Business School, Becompliance, Vive Compliance y World Compliance Association. Consultor, Abogado, docente, conferencista y autor de compliance, ética, integridad, transparencia, participación ciudadana, derecho nacional e internacional en corporaciones, empresas, organizaciones internacionales y entidades académicas de Guatemala y América Latina.

Regresando a los fundamentos, siempre es importante recordar la relevancia del caso Watergate como antecedente de la consolidación del compliance en el mundo. En este artículo, exploraremos cómo el caso Watergate ha influido en la evolución del compliance y la responsabilidad corporativa a lo largo de los años. Comprender las lecciones del caso Watergate es fundamental para cualquier Compliance Officer que busque implementar programas sólidos de compliance, promover la cultura de ética empresarial y la responsabilidad corporativa. Al recordar los fundamentos del caso Watergate, podemos aprender de los errores del pasado y aplicar estos conocimientos para proteger a las empresas y a sus stakeholders. El caso Watergate sigue siendo un recordatorio de que la integridad y la transparencia son esenciales para el éxito sostenible de cualquier organización.

En 1972, un grupo de hombres, incluyendo activistas de la campaña de reelección del presidente Richard Nixon, entraron ilegalmente en las oficinas del Partido Demócrata en el edificio Watergate de Washington D.C. El objetivo era obtener información sobre la campaña electoral de los demócratas para utilizarla en beneficio de Nixon en las elecciones de ese año.

Sin embargo, la investigación que siguió destapó una red de corrupción y abuso de poder que llegaba hasta el propio presidente Nixon. Se descubrió que Nixon había utilizado su poder para encubrir el robo y para obstaculizar la investigación que seguía a los delincuentes.

El escándalo Watergate fue el resultado de un fracaso de compliance en múltiples niveles, incluyendo la falta de supervisión de los empleados y la falta de controles y equilibrios adecuados. Los perpetradores del robo habían sido contratados por la comisión para la reelección del presidente y se les había dado acceso sin restricciones al edificio Watergate. Además, la comisión había utilizado fondos ilegales para financiar la operación de espionaje.

A raíz del escándalo Watergate, se aprobaron nuevas leyes y regulaciones para prevenir la corrupción y aumentar la transparencia y la responsabilidad corporativa. Estas leyes incluyen la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA) de 1977 y más adelante la Ley Sarbanes-Oxley de 2002.

La FCPA es una ley federal estadounidense que prohíbe a las empresas de EE.UU. y a sus filiales en el extranjero sobornar a funcionarios extranjeros para obtener o retener negocios. La FCPA establece normas de contabilidad y registro para las empresas estadounidenses, requiriendo que mantengan registros precisos y completos de sus transacciones y que establezcan controles internos adecuados para prevenir la corrupción.

Por su parte, la Ley Sarbanes-Oxley estableció nuevas normas para la transparencia y la responsabilidad corporativa. La ley exige que las empresas públicas estadounidenses implementen controles internos sólidos para garantizar que sus informes financieros sean precisos y fiables. También establece una responsabilidad más estricta para los directores y ejecutivos de las empresas que engañen intencionalmente a los inversores o que no cumplan con las normas de transparencia y responsabilidad corporativa.

Además de estas leyes y regulaciones, el caso Watergate también tuvo un impacto en la cultura empresarial. Las empresas comenzaron a darse cuenta de que la responsabilidad corporativa y la ética empresarial no solo eran importantes desde una perspectiva moral, sino también desde un punto de vista financiero y reputacional. Las empresas comenzaron a implementar programas de compliance y ética empresarial, y a promoverse la existencia de profesionales de compliance y auditoría interna para supervisar la conformidad de la empresa con las leyes y regulaciones aplicables.

Aunque el caso Watergate ocurrió en los Estados Unidos hace más de cuatro décadas, su impacto se ha sentido en todo el mundo y ha influido en la forma en que las empresas en todo el mundo se conducen en términos de cumplimiento normativo y responsabilidad corporativa. En Latinoamérica, donde la corrupción ha sido un problema común en muchos países, el caso Watergate puede ser fuente de inspiración para las empresas que buscan mejorar su reputación y reducir el riesgo de violaciones de las leyes y normativas aplicables. A propósito de este caso que se relaciona con política electoral, este año en mi país, Guatemala, y otros países de la región se llevarán a cabo elecciones generales, en las cuales deberían observarse la aplicación del compliance y la ética organizacional en el seno de los partidos políticos para fortalecer la democracia y el Estado democrático constitucional de derecho. Asimismo, las empresas latinoamericanas pueden aprender de los errores del pasado y utilizar el caso Watergate como una motivación para mejorar su compromiso con el liderazgo ético. Al implementar programas de compliance sólidos, capacitar a los empleados en la importancia de la ética, estableciendo una cultura de transparencia y responsabilidad, las organizaciones en Latinoamérica pueden protegerse a sí mismas y a sus stakeholders, así como contribuir al desarrollo sostenible de la región en su conjunto.

El compliance se ha convertido en una parte integral de la cultura empresarial moderna, y la Norma ISO 37301 es una herramienta útil para establecer y mantener programas sólidos de compliance en cualquier organización. La norma establece un marco claro para la implementación de sistemas de gestión de compliance, proporcionando orientación sobre cómo asegurar que una organización cumpla con las leyes y normativas aplicables, internas y externas.

El caso Watergate puede servir como ejemplo de la importancia de la identificación de riesgos y oportunidades en materia de compliance para cualquier organización e incluso con sus stakeholders. En el caso Watergate, los actores involucrados no identificaron adecuadamente los riesgos de violar la ley y las regulaciones en la implementación de sus acciones. Además, la asignación de responsabilidades es un tema clave que se puede aprender del caso Watergate. La asignación de responsabilidades claras, así como la comunicación transparente y efectiva dentro de la organización, pueden ayudar a evitar situaciones de incumplimiento. Por último, la implementación de procesos de monitoreo y mejora continua es esencial para asegurar que los programas de compliance se ajusten a los cambios en la regulación y a los nuevos riesgos que puedan surgir.

El caso Watergate puede ser utilizado como ejemplo para entender la importancia de la implementación de sistemas de gestión de compliance sólidos, y cómo la Norma ISO 37301 puede ayudar a las organizaciones a lograr este objetivo. La implementación de un sistema de gestión de compliance adecuado puede ayudar a las empresas a evitar situaciones de incumplimiento y protegerse a sí mismas y a sus stakeholders. Además, al establecer una cultura de integridad, las empresas pueden contribuir al desarrollo sostenible del mundo en general.

 


 
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